Si de Deportes se Trata…
Por Yahulé Valuvi
Lunes 10 de Marzo, 2014.-
¡De colores… de colores se visten las caras en esas jugadas…!
Esa fiebre del deporte no tiene conceptos. Es más. Si tratan de razonarlo se hace imposible. No hay una lógica para partir y menos para terminar.
La pasión que desborda el juego, hace que la mente no razone. Es como si de pronto el sentido común despareciera.
Todo el fervor y el entusiasmo rompe la conjeturas habidas y por haber y los cientifícos e intelectuales no pueden, porque andan igual.
Es decir, el dominio de una pelota de cuero inflado, es quien tiene el poder y se adueña de las almas de los jugadores y seguidores…
Los mismos que son capaces de todo, de venderse si es posible, con tal de conseguir un boleto de entrada a su juego preferido.
Y con esas ganas desquiciantes, se ufanan de compartir con hijos, familia y amistades, la locura desenfrenada de hacer todo, por su equipo favorito.
El dilema de Shekespeare de ‘Ser o no ser’ no participa aquí. Ni mucho menos, el que hay que preveer para no errar el futuro. ¡Nada vale!
Quizá la única frase que entra copmo anillo al dedo en éste asunto, es aquella que reza: ‘Se vive solamente una vez’…
Por algo la llevaron a formar parte de la letra de una conocida canción. Se desborda por los poros de la cordura, lo incontrolable.
Es el frenesí de ser los mejores y de alguna manera, parte del equipo, aunque sea con gritos desaforados y jaladas de pelos.
Mucho más, si el escogido por los designios, es quien lleva la delantera o el triunfo. Eso es el regalo más placentero.
Algunos fanáticos… aseguran que es el ‘clímax’ más exquisito que puedan experimentar. Y así debe ser desde el punto de vista de ellos.
Porque son capaces, mira tú… de empeñarse por el resto de su vida, con tal de estar a la par de las noticias y de los participantes directos.
La cuestión en ‘juego’ es el honor… el representar individualmente la camiseta del ‘elegido’ o del ‘preferido’. El asunto es el mismo.
Son capaces de romper con sus hábitos, de entregar lo más amado y de hasta humillarse, por esos ‘ídolos’ casi ‘dioses’ en su mirar y entender.
Nos referimos a los ‘protagonistas’… que son parte de la ‘telaraña’. Y aún así, nos perdemos en esa palabra llamada ‘lógica’.
Nos atrapan en esa oscura dimensión, que es el campo del juego… porque se entra a otro mundo, cuando el equipo favorito gana…